Reblandezca la suciedad con abundante agua y retírela lo mejor posible.
Limpie el vehículo con una esponja de lavar suave o un guante de lavar. Hágalo
de arriba a abajo, comenzando por el techo.
Para una suciedad más persistente se deben utilizar ciertos medios para eso.
Enjuague a fondo la esponja o el guante de lavar a intervalos breves.
Las ruedas, los umbrales de las puertas y similares se limpian al final. Utilice
para ello una segunda esponja.
Después del lavado, enjuague el vehículo a fondo y, a continuación, séquelo
con una gamuza.
ATENCIÓN
Proteger sus manos y brazos de las piezas metálicas afiladas cuando se
limpie los bajos, el sistema de gases de escape, la parte interna de los
pasarruedas
o los embellecedores de las ruedas. ¡Existe peligro de lesión por
corte! |
CUIDADO
- Limpie las superficies pintadas del vehículo sólo presionando
ligeramente.
- No lave el vehículo a pleno sol. Existe peligro de daños en la
pintura.
LEE MAS:
En este capítulo encontrará información sobre los siguientes temas:
Lavado manual
Trenes de lavado automático
Lavar el vehículo con aparatos de alta presión
Antes del lavado del vehículo en una instalación de lavado automático se
deben
tener en cuenta los preparativos habituales (p.ej. cerrar ventanas, incluido
el techo corredizo/elevable, etc.).
Un motor consume normalmente aceite para el engrase y la refrigeración de las
piezas en movimiento y es normal, a veces, añadir aceite entre dos cambios.
No obstante, si tras el período de rodaje, las aportaciones fueran superiores
a 0,5 litros cada 1.000 km, consulte a un Representante de la marca.